Superado el entrenamiento de la mañana y luego del reparador almuerzo, iniciamos pasadas las 1430 horas, la salida vespertina como complemento de cierre de una jornada a puro mountain bike.
Los senderos estuvieron ausentes y la modalidad elegida fue el rural bike o rally bike, con rumbo al Cerro Pan de Azúcar…
Las piernas estaban al límite, por lo que el esfuerzo se hacía sentir, afortunadamente, hicimos una parada de reagrupamiento en el bebedero, donde pude recuperar un poco de las agotadas energías…
El camino estaba muy roto y los saltos y golpes producto de los interminables serruchos, iban destruyendo poco a poco, mis extenuados brazos.
El grupo en su totalidad, al arribar a la base del Cerro Pan de Azúcar, hizo una parada para recuperar energías, las cuales, provenían de suculentos sandwichs y alfajores que fueron de la delicia de todos; pero yo, con la mente puesta en el Trasmontaña, decidí descolgarme hacia Cosquín, por lo menos, hacer hasta el mirador y luego regresar, a los fines de sumar kilómetros, entrenamiento y capacidad de trabajo.
Tomé algunas imágenes y con lo poco, ya casi nada de piernas que me quedaban, emprendí el duro ascenso hacia el lugar donde estaban mis amigos/as…
El descenso hacia Villa Allende, como siempre, fue veloz, de los mas veloces, como ocurre cada vez que visitamos el Pan de Azúcar; ahora, ya en casa, llega el momento del tan merecido descanso y ojalá, que cuando el sueño se apodere de mí, pueda revivir, el gran día que he pasado hoy.
