Tal y como estaba anunciado, el sábado 27/03/2010 a las 09:33 hrs., emprendimos el reconocimiento del recorrido del XV Desafío al Valle del Río Pinto.
Solamente dos ciclistas nos presentamos a las 09:00 hrs., en la Oficina de Turismo de La Cumbre, en una jornada ideal para la práctica del MTB.
Mariana Lescano y quien suscribe, iniciamos apenas tres minutos tarde, el inicio del recorrido, ya que decidimos esperar por si alguien mas se sumaba a la propuesta.
Como se puede observar en la altimetría tomada por mi Polar S710i, el trayecto de 84.5 kms. exactos, es duro, muy duro, mas aun, si sumamos en que éste día, nos tocó una temperatura que llegó a su máximo justamente cuando hacíamos el ascenso hacia el Mirador de San Marcos, donde el Polar marcó 40º.
No fuimos con intenciones de realizar nuestro mejor registro, las poco mas de seis horas empleadas así lo demuestran, sí hicimos un reconocimiento que nos sorprendió en reiteradas oportunidades, para empezar, por la belleza imponente de todo el trayecto, luego, los distintos estados en que se encontraba el camino.
Piedra suelta y bancos de arena, fueron una constante hasta la bajada de las Piedras, luego, los bancos de arena entre el vado de Río Pinto y hasta casi llegar a San Marcos.
Posteriormente, la subida hacia El Mirador de San Marcos, con piedra suelta y escasos bancos de arena, pero cuando empezó la bajada, aparecieron los problemas, y es que días atrás, el paso del Rally Provincial - Regional, había dejado las "huellas" de la tracción de los vehículos, plasmadas en zanjas que exigían al máximo nuestra habilidad para evitar caernos.
Luego, superado éste trance, llegamos al perilago, un camino muy bello, pero que, con sus escasos 10 kms., deja sin piernas y es donde empieza a prevalecer la fortaleza mental.
Llegamos a la ruta y una bandera roja, indica el inicio del sendero hacia San Esteban (está todo señalizado hasta el final), un sendero con piedra suelta, pero muy transitable, que nos llevaría a cruzar el primer vado que, como consecuencia de las recientes lluvias, nos obligó a bajarnos de la bicicleta, quitarnos el calzado y cruzar sus casi 50 cms. de cristalina profundidad.
A partir de allí, los 12.5 kms., finales, eran un aliciente para llegar a la línea final, cruzando vados y gastando las últimas reservas energéticas disponibles, pero, cuando creíamos que todo ya era un trámite, nuevamente salimos a un sendero paralelo a la ruta y nos damos con una subida de piedra suelta y varias zanjas, que al hacer cumbre, nos lleva a un túnel que nos hace cruzar la ruta por debajo, así, empezamos a transitar por una calle, que nos dejó en la planta recicladora modelo de La Cumbre, donde, un último vado de no mas de tres metros de ancho por 20 cms., de profundidad, nos hizo mojar los pies, sólo queríamos llegar, ya no nos importaba mojar las zapatillas...
Ingresamos a una barriada y luego a las vías del ferrocarril, donde a poco mas de 2 kms., tuvimos ante nuestra agotada mirada, el centro de La Cumbre, el mismo lugar desde donde muy temprano habíamos partido a la mañana.
Es una prueba dura, en donde, quienes sepan administrar sus energías, sepan alimentarse bien y tengan la "fortaleza mental" para superar esos momentos que parecen interminables, tienen asegurada la llegada a La Cumbre...
Quienes vamos por el "Desafío" netamente personal, debemos llevar, agua suficiente, comida variada, no sólo turrones o barras de cereales, sino dos o tres unidades de cada uno, caramelos y si se puede un par de frutas.
El lugar ideal para reponer energías, es antes de San Marcos, para afrontar la subida al Mirador, con los depósitos recargados, luego, en San Esteban, allí será fundamental la reposición de energía.
Rubén Roulet
