21 de mayo de 2011

Gracias a la vida…

Siempre lo he sostenido y soy un convencido de ello. El ciclismo, ese deporte tan sufrido, tan duro, que demanda innumerables sesiones de entrenamientos, que duele con una caída, que amarga con las derrotas, que endulza con las victorias, es a la vez, el que a lo largo de mi vida deportiva me ha entregado muchas satisfacciones.

Imagen1214

Mario Silveti es una de las personas con quienes mas sesiones de entrenamiento he compartido, por no decir, con quien mas he entrenado durante muchos años. También ha sido él, quien, una siesta cualquiera de un mes de Febrero de 1986, en su casa me motivaba para seguir la carrera de Educación Física…

Hoy, casi dos décadas después, hemos vuelto a compartir lo que tanto nos ha unido por la década de los 1980, salimos a pedalear y las anécdotas, interminables de aquellos años, nos devolvían a aquel tiempo donde la preocupación mayor era andar bien en la competencia de turno…

Mario, el “turco” como le decimos quienes tenemos la licencia o chapa de amigos para hacerlo, mantiene sus mismos dotes deportivos, sus mismos ejemplos de hombre de bien y su pasión intacta por éste sacrificado deporte que hoy, con mucha alegría hemos compartido.

Gracias a la vida, que siempre me regala éstos momentos únicos e irrepetibles, gracias a la vida y al ciclismo, que me han dado y me dan, la posibilidad de conocer a gente tan maravillosa como lo es Mario, con quien, mantenemos una amistad desde hace mas de dos décadas, gracias Mario por ser el mismo de siempre.

Un abrazo. Rubén “El Negro” Roulet