6 de abril de 2011

Ascochinga – Ongamira

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El sábado 2 de Abril de 2011, muy temprano por la mañana, partíamos, rumbo a la localidad de Ascochinga, para realizar la travesía “Ascochinga – Ongamira”.
Una docena de bikers iniciamos el recorrido de 80 kms., en total, en una jornada plena de sol, buen clima y agradable temperatura.
El camino era apasionante, con subidas, bajadas, arboledas y construcciones que, al borde de las serpenteantes y polvorientas calles, permanecían como fiel testimonio de una época dorada de nuestro País.
La primera gran subida, era dura, complicada, desafiante y hasta pintoresca a la vez; es que, desde lo mas alto de ella, el paisaje, oculto en nuestras espaldas mientras pedaleábamos, no daba aviso de su presencia…
Un corte de cadena de la bici de Silvina, nos hizo detener y por suerte, Mario, logró que pudiésemos continuar la marcha.
El camino continuaba deslumbrando con su belleza, flores, plantas autóctonas, arroyos, algunas vertientes, eran el marco perfecto para un día inolvidable.
Así llegamos al cruce con el Camino Real, cargado de historia de aquellos héroes muchos de ellos anónimos que marchaban marcando la historia de nuestra Patria…, un viejo almacén, fue el oasis donde nos reabastecimos tanto de alimentos como de bebidas, sentados en una especie de fogón sin llamas, pero con la comunión de la misma pasión por la bici y las anécdotas vividas hasta ese momento, nos cargamos de energías para afrontar los duros kms finales hasta Ongamira…
La marcha, lenta y cansina, nos dejó llegar hasta ese espectacular mirador que la naturaleza nos regalaba y a pocos kms., de lograr el objetivo, decidimos retornar hacia Ascochinga ya que no queríamos arriesgarnos a quedarnos sin la luz del sol…
El descenso, veloz, nos llevó hacia la Estancia Jesuítica Santa Catalina, donde descansamos unos minutos y luego continuamos rumbo a nuestro destino, por un camino, muy deteriorado, con muchos serruchos y arenales, pero no por ello, menos bello que lo que veníamos recorriendo.
Llegamos a destino con la satisfacción de haber concretado felizmente ésta travesía, cargamos nuestras bikes en los autos y con la puesta de sol, transitamos los kilómetros que nos separaban de nuestros hogares.
Ha sido una salida muy bonita, que ojalá pronto se repita.
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